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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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27-04-2017

 

El libro de María Urruzola “Eleuterio Fernández Huidobro, Sin remordimientos”

SURda

Notas

c.e.r

 

El libro encomendado por la editorial Planeta, tiene 284 páginas y su primera edición es de Abril del 2017.

Sugerimos, al posible lector, que el libro no debe comenzar a leerse por la primer página, sino por su Epilogo, pág. 257 subtitulado “A confesión de parte”.

El libro que levantó una polvareda inicial de curiosidad, rápidamente dejó de ser interesante para una parte -civil y burguesa- de la sociedad uruguaya, nos referimos a su Cuarto Poder, apenas sus amanuenses (Redactores, Jefes de Página y comentaristas) pudieron darle una primera lectura.

María Urruzola“no es potable”, su libro bucea en profundidades que tanto a la burguesía uruguaya, como sus altas clases medias, no le interesan. En resumen no es –la escritora- “una cretina útil”, ni sus palabras pueden ser utilizadas para “la campaña electoral”. Es una mujer de izquierda que no le hace concesiones a la burguesía nuestra, al uso.

Vamos a agregar algo más: tampoco es simpática para la numerosa y clientelar “izquierda progresista”, una abanico que abarca desde el publicista Federico Fassano, el “gordo” Grille y su hijo Leandro, Esteban Valenti y una serie de escritores, publicistas y amanuenses, en general seguidores de la denominada “línea oficial”. Todos los que colaboraron antes y ahora- en ocultar estos hechos conocidos desde hace muchos años, y sabían empíricamente que tenían respaldo- de hecho- en las principales cumbres burguesas del publicismo.

El rechazo oficial es comprensible. Solamente la publicación de tres documentos centrales son…anatema: 1) las declaraciones “del detenido especial” del año 77, EFH ( ver págs. 57-64 ); 2) las declaraciones –hoja a hoja firmadas y por tanto autentificadas- por un falsario de proporciones y un sicofante: Mauricio Rosencopf Silverman ( ver págs. 83-94 ) y, 3) la carta dirigida a la primera Senadora del MPP, la “Tronca” Topolanski, cuando su marido estaba investido de Presidente de la República, por el coronel Orosman Pereyra Prieto ( ver págs. 98-100 ), un violador serial de mujeres, que no está procesado ni internado en Domingo Arenas y que por tanto se permite cartas de abierto chantaje, sin que a los gobernantes ni al cuarto Poder se les mueva un pelo de la cabeza.

¿Por qué no se les mueve el interés? –Por una razón sencilla, los hechos fundamentales aunque eran conocidos desde mucho antes, se encontraban con la censura cerrada de la prensa uruguaya, que siguió siendo devota de todos estos personajes y algunos más. Es uno de los rasgos mas notables de la autocensura de los medios, una traición a su público. Nos atreveríamos a dar un paso más alla: todos los traidores y vendidos, no solo los tupamaros, también los comunistas, son protegidos cerradamente, a capa y espada. El hombre que el sistema ha ganado para su conservación se convierte en un aliado al que hay que cuidar.

Y aquel que era un aliado antes, se le perdonan todos sus crímenes y se les permite hasta huir del país.

Sin embargo reducir el comentario del libro a estos documentos, que a partir de estar estampados en un libro no van a poder eludirse más, cuando se hable de estos tristes personajes, es quedarse corto. El libro es algo más. Mucho más.

Uruguay, “el paisito”, sigue siendo “El Pais de la Cola de Paja que denunciaba Mario Benedetti, en un libro –viejo ya, que no ha sido republicado- y que vio luz en la vieja imprenta del Partido Socialista, donde se imprimía y redactaba “El Sol”. O sea, las verdades de a puño, que involucran abiertamente nuestra democracia representativa mentirosa, que echan por tierra tanto discurso ampuloso (pronunciado con los ojos en blanco) son verdades que no deben debatirse, no sea que el “pobrerío” se avive y se acabe el curro generalizado. En la tarea coinciden y trabajan “codo a codo” el poder político de turno (inclusive el actual “progresista”), el denominado Cuarto Poder y una parte muy voluminosa (que aporta su peso social) de nuestras clases medias. Con esa masa y ese poder fáctico, más otras corporaciones de poder ocasionalmente aliadas (los militares, la parte reaccionaria de la(s) iglesia(s), la masonería de derecha, la alta burocracia estatal) se cuida, desde las alturas, que la nave social no se escore y encalle y que el poder “que siempre ha sido” se mantenga con firmeza en la montura y con las riendas en la mano.

En el caso del viejo MLN-Tupamaro, la única estructura de izquierda que les logró mover el piso en los tiempos modernos, la cosa es tan clara como lo atestigua la profusa bibliografía y los debates que las nuevas revelaciones provocan una o dos veces al año, desde la derrota aplastante del 72.

Los “Tupamaros” son “el hecho maldito” de la política nacional, el ejemplo que hay que evitar y para eso sirve todo: desde infiltrarlo con traidores, a darle una base social nueva (la del MPP) que haga peso en el mantenimiento del status quo, asegurando la tranquilidad, que nadie saque los pies de la palangana y se ponga “a hacer olas”.

El resto de la izquierda socialista no cuenta: ni los comunistas, ni los socialistas, ni los anarquistas, ni toda una larga serie de sellos-siglas que están en una lucha sectaria de supremacías, sin querer reflexionar que son totalmente anodinos y por eso mismo permitidos. Son- a falta de espacio para jardín- las macetas que dan su nota de color y variedad, inclusive de exotismo.

El bulón central o la punta del ovillo . El difunto EFH quería ser conocido como un “estratega”. Se atribuía ese rol, y ante cada reves invocaba “la pérdida” o “la falta” de la muletilla “estratégica”. Le atribuía a la palabrita unos valores casi mágicos. Eran fabulaciones paridas desde el autoengaño. Pero con ellas funcionó desde la denominada “carta de los viejos”, salida del Penal a poco de la derrota, hasta que se decidió a definirse, finalmente, como un militar “irregular”, pero militar al fin, en la fase final de su miserable vida.

Jorge Zabalza que fue uno de los entrevistados de Maria Urruzola, aprovecha la bolada para machacar que la desviación se debe rastrear mucho antes, en los borradores del denominado doc. 5. No creemos que asi sea.

Que EFH pudiera funcionar durante tantísimos años sin que sus pares lo controlaran, ni nadie debatiera con él sus engendros con pretensiones se debe a una desviación muy anterior . Maria Urruzola, que escucha pacientemente pero con atención a sus entrevistados, lo instuye. Y lo señalo en la reseña periodística de “El Espectador”: “la interna” o “las internas” del viejo MLN-Tupamaros son todo menos claras, es como si hubiera varias, o si como a través del mecanismo de la “compartimentación” hubiera espacio para diferentes internas. El mecanismo hubiera sido imposible en otras formaciones políticas – pongamos por ejemplo los partidos comunistas, desde la Cuba de Fidel, a los vietnamitas en combate. En esos partidos de funcionamiento colectivo de verdad, no había lugar para los “virtuosos” que interpretaran las decisiones comunes a su antojo, que dieran los informes “que se le cantaran” y que cometieran “liberalismos” a gusto y paladar del dirigente.

Que EFH tuviera la libertad “para hacer lo que le viniera en gana” es una falla colectiva brutal y muy difícil de explicar por el resto de la dirección

Parecería que EFH había logrado un ascendiente de tal grado que anulaba prácticamente la voluntad de sus pares, su capacidad de contralor y vigilancia de los aspectos centrales de lo que es la vida interna de un organismo político.

La entrevista –en el curso de la derrota- con Marenales (antes de su captura el 27 de julio) es una muestra: Marenales amenaza con matarse antes de rendirse, señala que los hizo llorar (a Eleuterio y a Rosencopf) pero no hace lo que un jefe superior tendría que haber hecho: arrestarlos inmediatamente y someterlos a un juicio sumario por traición . Se había declarado “la guerra” (en la toma de Paysandu), se había informado a los partidos de izquierda de la misma y, no se había tomado conciencia cabal de lo que el asunto significaba.

Lo mismo vuelve a repetirse cuando la negociación entre Eleuterio y Engler. Engler propone eliminar al “acompañante” Calcagno y fugarse, Eleuterio luego cuenta la propuesta de Engler al mismo Calcagno, con lo que condena a Engler en una delación miserable, similar a la hará después como “Detenido Especial” en 1977 con 39 otros militantes.

Contamos dos episodios del año 72, y a ellos podríamos sumarle decenas de ejemplos después del 85 y mayores aún después del 89 cuando, con la desaparición de Raul Sendic el predominio del Ñato se extendió en toda la estructura y sobre sus iguales en la dirección. La única actitud digna la encontramos en la “carta-renuncia” de un histórico, el ingeniero Manera Lluveras, que esta plagada de acusaciones directas al estilo, que el poder irrestricto de EFH, habia inaugurado al seno del organismo de dirección.

Hoy dice Jorge Zabalza que EFH era un mentiroso y que se siente engañado, pero….habiéndose negado a ser trasladado al Florida (al igual que Jessi Macchi), cuando las negociaciones, barruntándose lo que estaba en juego en ese cuartel , ¿es posible creer que sus reservas de ingenuidad política se extendieran a los largo de tantos años, hasta su apartamiento y ruptura después del 94? Son 22 años de ingenuidad casi pelotuda los que van del 72 al 94 . Más y más militantes de base de las organizaciones abrían los ojos y se animaban al juicio público de calificar como “un traidor” a EFH, y Zabalza y los demás, seguían en la “luna de Valencia”?

¿Cuándo pidió ser incluido en el grupo (EFH, Mujica, Marenales) que se reunía con connotados miembros de la Inteligencia Militar y protagonizó el incidente que narra en el libro de Leich “Cero a la Izquierda”, no se le prendió ninguna luz de alerta en el subconciente, no tenía ni un solo compañero con el cual compartir preocupaciones y forjar un curso de acción, no le daba el coraje para encarar una denuncia de lo que conocía, informando a la militancia?

Y qué decir del testimonio de estos días, cuando Julio Marenales señala que en las reuniones con los oficiales después del 85, el tema “ del problema Berrios ” les fue consultado en busca de posibles consejos de solución? ¿La intimidad y las confidencias llegaban hasta los problemas que se solucionaron con un asesinato en una duna balnearia? ¿Y Marenales no esta preso y no ha sido acusado por fiscal o sometido a interrogatorio por juez penal alguno?

El libro de Maria Urruzola aparece en un momento singular de la vida nacional: desde el triunfo electoral del 2004, una multitud de nuevos libros, cartas, programas de radio y televisión, entrevistas a los participantes de los hechos, han echado luz sobre múltiples aspecto de la mitología tupamara. La “historia oficial” hace agua por todos los costados, esta en descrédito y bancarrota. Y sin embargo, la mayor parte de las vacas sagradas y sus tropelías no convocan a los grandes medios de comunicación para una campaña de esclarecimiento definitivo.

¿Por qué no citan a “la Tronca” Topolansky, a “Marmolito” Marenales, al mismo Mujica, y así a tantos otros que ocultan demasiado pero son intocables? Protegidos por “el Hada Bienhechora” que con su varita mágica los envuelve en el silencio y la bruma, para que pasen desapercibidos todos estos Pinochos de nariz más que alargada?

Cuando los temas se les imponen, aparecen los reportajes anodinos, sin equipo de lectura e investigación que asesore a los redactores o conductores del programa, sin mesa redonda previa de los colaboradores de la radio o del canal, para decidir el curso más afectivo de acción ante el próximo programa y el invitado. Son escasísimos los programas de los medios que se hayan aventurado con rigor y seriedad en el desarme de una mitología que ya ni se sostiene. Siempre la misma ronda de viejos conocidos, modificando un poquito sus consabidas afirmaciones, pero manteniendo la mentira fundamental a la que siempre se han aferrado. Zabalza y sus tiradas de “principismo de izquierda” y la defensa de las “expropiaciones” ya dan naúseas. Porque a través de esas declamaciones, lo que en realidad hace,… es escurrir el bulto.

No dá el espacio para otras consideraciones. Estas de crítica a la autora y su tesis de que EFH “no es un traidor”, sino un extraviado que llegó a lo que llegó por empecinarse con sus tesis “peruanistas” de los años 60. Será en una próxima.

Vale c.e.r.

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